lunes, 28 de mayo de 2018

(((En Tarima))) EtnoE3. 27 de mayo 2018. Centro de Arte Los Galpones Caracas.




­­­Hace casi dos años el trabajo Esferas, de Miguel Noya, cumplió sus tres décadas. Fue la excusa perfecta para que el músico, pionero de la escena electrónica local, se uniera en un mismo recital con Etno E3, conjunto musical marabino, con quien compartía además la misma inquietud de fusionar la tecnología con los sonidos ancestrales.

En la actualidad Miguel Noya sigue desarrollando su carrera solista, pero ya no toca como invitado con este “trío étnico y acústico”. Se integra como un miembro más, junto Washe (Carlos Conde) y eCanaan (Enrique Rincón).  De vez en cuando interpretan temas solistas de Noya, aunque por lo general, son aquellos con más aire tribales.

El evento en Los Galpones comenzó con un poco de retraso, aunque, a decir verdad, el público también se tomó su tiempo en llegar al sitio. En horas cercanas del mediodía la audiencia ingresó a una sala oscura, donde se veía un escenario lleno de curiosos instrumentos percusivos indígenas, así como también un par de laptops y un teclado sintetizador. Una sala en la cual la experimentación sonora ya se ha hecho costumbre.

Durante unos minutos, los asistentes estuvieron a la expectativa, sin saber nada de los músicos. Mientras tanto conversaban, y miraban de vez en cuando hacia el escenario, donde se proyectaba el nombre de la agrupación y sus integrantes. Repentinamente frecuencias sónicas con sabor a madera se escucharon de la manera más acústica posible: Noya, Washee y eCanaan tomaron por sorpresa a la audiencia, ingresando desde atrás del escenario, mientras tocaban algunos instrumentos indígenas.

La primera pieza, una Bienvenida Pemón, escogida seguramente de manera oportuna, sirvió para sumergir a los asistentes en una burbuja de sonido. Un maremagnum sónico que recordaba a la selva y que fue poco a poco convirtiéndose en orden. Empezaron a sonar notas secuenciadas, no obstante, la percusión no sólo era en vivo, sino, además, aborigen. En algunos instantes algo de batería electrónica (también ejecutada en directo) se integró a la orquestación electro-acústica. Todo aderezado con flautas y maracas indígenas.

En momentos, Miguel Noya parecía tomar la batuta, al tocar algunas escalas o acordes con su sintetizador. El sonido de la sala, cuidadosamente ubicado, lograba envolvernos de manera cuadrafónica, mientras se proyectaban imágenes alusivas a los temas tras los músicos. La pieza Desde Euskal (compuesta para una película venezolana) no recurrió sin embargo al recurso de usar soportes visuales cinematográficos, sino más bien al uso de imágenes de la Guajira venezolana.

Tras interpretar temas pertenecientes a sus tres miembros, EtnoE3 se despidió con una pieza del maestro Noya, causando una buena impresión en el público, y consolidándose, una vez más, como uno de los proyectos musicales más interesantes de nuestro país, dando a conocer además, de forma didáctica, el acervo cultural y musical de diversos pueblos aborígenes en Venezuela, especialmente aquéllos que hacen vida en Zulia y el estado Bolívar.

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