A principios de Agosto se había dado la noticia: Charlie
Watts, baterista de los Rolling Stones, no participaría, por motivos de salud, en
la próxima gira de la banda.
Eran más de 50 años de carrera con la agrupación, 56 para
ser exactos, y aunque Watts no era precisamente el miembro más problemático,
había tenidos unos cuántos episodios críticos en su vida, posteriores a su
mediana edad, de los cuáles había salido airoso.
Watts siempre fue el integrante más serio de los Rolling
Stones. No sólo tenía un look más sobrio que sus compañeros. Era el único realmente monógamo y ajeno a las
drogas. El que se acostaba temprano al menos que tuviera que cumplir un
compromiso profesional. Su experiencia
con el alcoholismo o el consumo de estupefacientes a principios de los ´80 fue
un momento excepcional. Una recaída la cual logró superar.
Ya en el siglo XXI le tocó lidiar con un cáncer que no sólo
amenazó su vida, sino su porvenir dentro de la banda. Para entonces tenía más
de una década sin fumar. Meses después estaba listo para seguir girando.
El 24 de agosto será recordado como la fecha en la cual
Charlie Watts, baterista británico nacido en Wembley, en 1941, no pudo superar
más obstáculos. Un retiro definitivo sin
vuelta atrás.
Si bien Watts fue el baterista de la agrupación de rock más longeva
y famosa del mundo (con permiso de The Beatles) era realmente un apasionado del
jazz que soñaba con tocar con músicos como John Coltrane.
Sus conocimientos de
géneros como el blues conectaron a los Rolling con la música de raíces,
haciendo que marcaran la diferencia respecto a su generación. Sólo el contacto
con músicos como Gram Parsons, padre del country-rock y líder de The Byrds, fue
igual de decisivo en la propuesta de la banda.
La imagen es de Bent Rej, fotógrafo danés fallecido en 2016,
estrechamente ligado al grupo.
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