Se proyecta Omega, documental sobre el álbum que cambió el folklore andaluz.
Por Ernesto Soltero
¿Pero es qué esto existe? Fue lo que nos preguntamos quienes observábamos desde nuestras butacas. Un reducido público observaba la pantalla móvil, al aire libre, en la Plaza Los Palos Grandes. Apenas 30 minutos antes el espacio estaba colmado de gente. Ni las gradas ni los asientos colocados para la ocasión eran suficientes para una audiencia que miraba, incluso de pie, el espectáculo de Los Canasteros, un conjunto típico de música flamenca. Pero eso fue, cómo dijimos, 30 minutos antes. Ahora las cosas eran muy distintas.
La presentación había cesado, y gran parte del público se dispersó o abandonó la plaza. Lo hacían, a pesar de que se había anunciado, posterior al recital, la proyección gratuita de una película. Quizá la respuesta estaba en los distorsionados acordes de Omega, pieza musical del homónimo álbum de Enrique Morentes el cual, a su vez, marcaba el inicio del documental dedicado a contar su historia. La mayoría del público parecía huir del estruendo, pero unos cuantos, adictos al ruido seguramente, nos sentimos tan atraídos cómo las moscas a la miel.
Omega, documental de 2017
nominado al Goya, nos habla de la realización de un disco considerado
revolucionario dentro de la música flamenca, en el cual Enrique Morentes,
conocido cantaor granadino, experimenta con el acompañamiento de sus paisanos,
los rockeros de Lagartija Nick. Para 1996 grupos como Triana habían alcanzado el rango de clásicos. Bandas
como Los Rodríguez, desde una perspectiva más comercial, hacían también su
fusión. No obstante, para los puristas,
mezclar ambos mundos seguía siendo un sacrilegio.
Morentes, además, llegó más
lejos: lo suyo tenía más que ver con bandas como Sonic Youth que con el rock tradicional. Las disonancias y los feedbacks se mezclaban con su "cante jondo". Al
menos así fue en unos cuántos temas del álbum,
pues, pese al enfoque vanguardista, Omega, trabajo el cual rinde homenaje
tanto a García Lorca cómo a Leonard Cohen, seguía siendo, en su mayoría, una obra
acústica de música flamenca.
Pero no es nuestra intención contar en estas líneas todo el relato plasmado en el audiovisual. Es mejor invitar
al espectador a visualizarlo. Sólo podemos agregar lo inevitable de querer escuchar más de esa música luego de ver el documental. Es una de esas piezas fímicas capaces de crear una nueva necesidad auditiva.
Un efecto parecido al de filmes como Searching for Sugar Man (M.
Bendjelloul, 2012) ¿Dónde estábamos cuando se
editaron esos discos? ¿Por qué no nos llegó esa información a tiempo?¿Y por qué sigue sonando tan actual?
El público caraqueño podrá disfrutar
de este audiovisual, dirigido por José Sánchez Montes y Gervasio Iglesias, hoy,
17 de noviembre, y con ENTRADA LIBRE, en Trasnocho Cultural a las 4.30 pm. El espacio está ubicado en el Centro
Comercial Paseo Las Mercedes.
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