miércoles, 28 de junio de 2023

De la Furia a la Inocencia: segunda fecha del Circuito NB Caracas


La Sala B.O.D. vibró al compás de tres propuestas muy distintas entre sí. Una noche de jazz, joropo-rock y metal extremo que culminó con el tributo a los ´90 del dueto Kreils/Caribano.


Ernesto Soltero


La segunda jornada del circuito Nuevas Bandas, capítulo Caracas, prometía ser muy ecléctica. Un concierto algo variopinto, en el cual escucharíamos algo de música extrema, fusión venezolana y hasta versiones modernas de clásicos de los ´90. No obstante, ya habíamos visto a dos de las propuestas concursantes - además de los artistas invitados - lo cual eliminaba un poco el factor sorpresa.


En el caso de Los Tercios (joropo-rock) y Nomasté (jazz, pop, fusión), ambos grupos son muy bien conocidos dentro de Tutmonda Radio. Hemos colocado su música en nuestro podcast, y los hemos reseñado no sólo en este blog, sino también para la plataforma hermana Rey Zamuro. Pese a ello, queríamos ver cómo sería la interacción de estos con el público en una sala cómo B.O.D.


Mayores expectativas teníamos, por otro lado, con la agrupación Desmoterion. Pese a no hacer algo demasiado novedoso, nada conocíamos de su repertorio, el cual está enmarcado dentro de la corriente metal-hardcore. La lluvia nos impidió sin embargo llegar puntuales al evento, razón por la cual no pudimos presenciar su puesta en escena. Responsablemente hicimos contacto con sus miembros para compensarlo con una futura entrevista.


El cierre en esta ocasión, en calidad de grupo invitado, fuera de concurso, correspondió a la dupla Kreils/Caribano, de quiénes no esperábamos mayor novedad habiéndolos visto varias veces desde el año pasado. Afortunadamente, su recital superó nuestras expectativas.

De la matraca a la fusión melosa

Foto cortesía IG @Desmoterion
La primera banda en montarse fue Desmoterion, exponentes del crossover- thrash metal-hardcore. No pudimos verlos, tal cómo escribimos unas cuantas líneas atrás, pero el registro sonoro del concierto, disponible en youtube, nos indica que fueron una verdadera paliza auditiva, con una base rítmica sólida y muy veloz. Nos hubiese encantado verle la cara a los asistentes, posiblemente desconcertaron a más de uno con semejante descarga de ira.


Posteriormente vinieron Los Tercios, con su sonido catalogado por ellos mismos cómo “Joropunk”, el cual a diferencia de “una banda que no nombraremos para evitar la autopromoción, suena más bien como un joropo-rock progresivo (con algo de funk y metal) aunque eso sí, bastante irreverente y jocoso.

Los Tercios hicieron algunos chistes dicharacheros celebrados por el público, aunque no lograron el tan anhelado cometido de encender el “joropogo”. Es posible que su propuesta, la cual podría ser descrita cómo un cruce entre King Crimson, Primus y El Carrao de Palmarito – las referencias a Ramones o Sex Pistols en realidad no están muy presentes- haya generado más curiosidad que ganas de bailar.



Casi dos décadas después de la aprobación de la normativa venezolana conocida cómo “Ley Resorte, cuyo artículo 14 sirvió para impulsar en las emisoras radiales al mal llamado neofolklore (Es decir, cualquier tipo de fusión venezolana independientemente de su calidad) la audiencia sigue sin saber cómo reaccionar ante estos experimentos cuando de rock se trata. Quizá el tipo de recinto, una sala teatral, cohibió un poco a los asistentes.

Mejor respuesta de la audiencia tuvo Nomasté, agrupación que llevó una nutrida cantidad de seguidores. Presentaron otro lado de la fusión, menos estridente, más bien pop, y más orientada al jazz o la música del caribe. Una banda instrumentalmente acoplada la cual, ante la falta de guitarrista, supo llenar los vacíos dejados por este instrumento predominante en la música pop- rock, dándole mayor protagonismo al omnipresente teclado, cuyas armonías eran adornadas con el saxo o la trompeta.

Esencialmente las canciones de Nomasté son bastante ligeras y melosas, con letras muy dulces y coloquiales. Se pasean por estilos como el swing-jazz, el reggae, la salsa y hasta la música balkánica. No estuvieron entre nuestros favoritos de la noche quizá por preferencias personales, pero posiblemente se conviertan en las ganadoras de su circuito, ya que fueron muy ovacionadas y tienen mucho potencial comercial. Está claro que los asistentes, en su mayoría, prefirieron escuchar algo más relajado.


Luego de este recorrido, yendo de la más infernal estridencia, pasando por una revisión más rockera de la música llanera hasta llegar a lo más light y tropicaloso, casi chill out, llegó el momento de los artistas invitados, presentación la cual se extendió más de lo esperado.


La hora loca de Kreils y Caribano




Desde el año pasado Victor Bolívar (Caribano) y Kreils García (simplemente Kreils) han trabajado juntos en lo que ha sido, posiblemente, la sesión más repetida de La Espiral, el ciclo de presentaciones en vivo derivado del programa radial del mismo nombre, moderado por Félix Allueva, la cabeza más visible de la Fundación Nuevas Bandas.


En el caso de estos dos músicos, ambos cantautores y multi-instrumentistas, su show es una revisión de clásicos de los años ´90, los cuales son recreados de manera más contemporánea, haciendo un sincretismo entre la electrónica y el rock el cual, aunque ya era común hace tres décadas, hoy día adquiere un sabor distinto, influenciado por las nuevas tendencias del milenio, las cuales son hijas, en gran parte, de la última década del siglo XX.


La presentación, que duró alrededor de una hora, incluyó piezas las cuales, en su mayoría, pertenecen al acervo rockero hispanoamericano, sin descuidar a las agrupaciones venezolanas, además de un tema anglosajón algo tramposo, The Man Who Sold The World, el cual es original de David Bowie, pero se convirtió en un mega-hit, durante los ´90, gracias a Nirvana.


Aparte de Nirvana/Bowie, la dupla se paseó además por temas de artistas bastante conocidos como Soda Stereo, Zapato 3, Café Tacvba y hasta Desorden Público, alternando canciones bastante famosas con otras que no necesariamente fueron éxitos radiales, como por ejemplo Terrenal de Dermis Tatú, o Penélope, de Robi Draco Rosa, usando siempre una instrumentación engañosamente austera, la cual consta de guitarra, secuencias y voces.


Siendo apenas dos músicos en tarima, su performance no resultó aburrido. Fue como ver a Suicide o Soft Cell con una guitarra en vez de sintetizadores.


Más allá de las espontáneas intervenciones de Félix Allueva (Qué lo convierten casi en un comediante de stand-up, aunque más didáctico y erudito) la presentación de Kreils/Caribano mostró momentos de inspiración instintiva que dieron cómo resultado un show irrepetible. A ello contribuyó además la inclusión de cantantes y músicos provenientes de otros grupos, tales como Los Delorean, Señorita Cometa y No tan Casual.


No sabemos cuántas veces hemos sido espectadores del show de Kreils/Caribano, pero, lejos de aburrirnos, su presentación nos dejó un buen sabor de boca. Fue casi una “hora loca” llena de éxitos rocanrolleros, aunque con algunos temitas más bien de culto. Cabe agregar que la acústica de la sala los favoreció, el sonido fue superior al de otro tipo de espacios.


Ante la insistencia del público, tocaron un tema más. Cerraron con la interpretación que hacen del Personal Jesus de Depeche Mode. En nuestra opinión esa versión necesita pulirse un poco , pero sirvió para complacer a una audiencia la cual, nuevamente, pidió escuchar otra canción. La segunda petición, sin embargo, no tuvo mucho éxito. Ya la noche se había terminado.

Nota: Las fotos de las bandas fueron extraídas del Instagram de los artistas, y son de su propiedad.



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